El «amor incondicional» es una parodia del Amor
—por Thomas Walker-Werth, 08 de mayo de 2025
Traducción del artículo publicado por en
El «amor incondicional» es una parodia del Amor
¿Cuántas veces te han dicho que debes amar «incondicionalmente» a tus padres, a tu cónyuge o incluso a completos desconocidos?
Personalidades influyentes, desde Gandhi hasta el Dalai Lama, han promovido la práctica del «amor incondicional», afirmando que debemos amar a los demás sin esperar nada a cambio. A veces, la gente interpreta esta idea en el sentido de que debemos «amar» a una persona concreta (por ejemplo, un familiar) sin tener en cuenta sus defectos, su valor para nosotros o su comportamiento. Otras veces, la gente lo interpreta en el sentido de que debemos «amar» a todas las personas por igual, como en el mandamiento bíblico de «ama a tu prójimo como a ti mismo». Pero, ¿es eso posible, por no decir, deseable?
Para ver si este concepto tiene algún sentido, primero tenemos que tener claro qué es el amor. Mucha gente considera el amor como un sentimiento—uno que de alguna manera desafía cualquier explicación racional. Pero sabemos que experimentamos fuertes sentimientos de afecto por ciertas personas, así que ¿qué pasa si analizamos por qué experimentamos tales sentimientos?
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En última instancia, nuestras emociones tienen un propósito—sentimos emociones positivas cuando pensamos que estamos experimentando o estamos a punto de experimentar algo bueno para nuestras vidas, y sentimos emociones negativas cuando pensamos que estamos experimentando o estamos a punto de experimentar algo malo para nuestras vidas. Por lo tanto, las emociones positivas que sentimos cuando estamos enamorados indican que creemos haber identificado un valor positivo para nuestra vida.
Pero el amor es algo más que un sentimiento. Es una respuesta polifacética hacia alguien en función de nuestras evaluaciones conscientes y subconscientes del carácter y la naturaleza de esa persona. Podemos sentir afecto, cariño, deseo y otros sentimientos «parecidos al amor» hacia las personas porque hemos evaluado su valor para nosotros de distintas maneras. Por ejemplo, podemos haber juzgado que esa persona será una fuente de placer y de satisfacción sin la que no podremos sobrevivir. Esto no sería amor, sino obsesión o encaprichamiento. O podemos haber juzgado que la persona es moralmente digna de nuestra alta estima, lo que sería respeto o admiración.
El amor, sin embargo, es una evaluación más personal y más amplia que éstas. El amor se basa en la valoración de que una persona encarna nuestros valores más profundos e importantes. Es la evaluación de que una persona es una manifestación de aquellos valores que definen quiénes somos como individuos—tanto en los valores que ha elegido como en su orientación general hacia la vida. Es la admiración de nuestros propios valores y nuestro propio sentido de la vida (o el sentido de la vida que intentamos alcanzar) presentes en otra persona.
¿Qué significaría entonces amar incondicionalmente? Significaría evaluar a una persona como encarnación de nuestros valores más profundos sin exigirle que encarne esos valores. En otras palabras, es una completa contradicción. De hecho, cualquier intento de definir el amor de forma que pueda ser incondicional lo reduce a un sentimiento de buena voluntad hacia los demás carente de sentido, divorciado de nuestros propios valores, nuestro propio criterio y divorciado del valor moral y las elecciones del receptor. Por ejemplo, un «amor» forzado hacia un familiar maltratador cuyas ideas y valores despreciamos no respondería a ningún valor racional. Tratar este tipo de «amor» y el profundo afecto que sientes por alguien cuyo carácter admiras fundamentalmente y cuya compañía enriquece tu vida a todos los niveles como si fueran la misma cosa sería absurdo y destruiría tu capacidad para comprender la verdadera naturaleza de ambas relaciones.
El hecho de que el «amor incondicional» siga considerándose una virtud es una denuncia condenatoria de nuestra cultura. En realidad, es una idea viciosa que destruye el verdadero significado del amor. Exige que ignoremos nuestros valores más profundos a la hora de evaluar a los demás. Constituye una parodia del amor, desvinculándolo de aquello que le da sentido—nuestros valores y las evaluaciones que hacemos basándonos en ellos.
Cada vez que oigas a alguien referirse al «amor incondicional», párale el carro y pregúntale qué se supone que significa esa frase. Pregunta también qué significa «amor» si este puede ser incondicional. Puede que descubras que algunas personas están realmente confundidas acerca de estos conceptos y, al hacer estas preguntas, les ayudarás a conseguir una mayor claridad que mejorará su comprensión y su experiencia del amor en el futuro. También es posible que descubras que algunas personas saben perfectamente que están exigiendo el abandono de aquello de lo que dependen nuestra supervivencia y nuestra felicidad—la capacidad de elegir y de perseguir nuestros propios valores en todos los ámbitos de la vida.
Encuentra el original en inglés de este artículo de mi amigo
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